Javier Galarza

By | miércoles, abril 01, 2015 Leave a Comment


Javier Galarza 
11 Poemas





De: Pequeña guía para sobrevivir en las ciudades [2001]


ZEN SUBURBANO

En un refugio suburbano, cerca de los trenes muertos, el niño contempla azorado el cielo de la noche, inquieto ante el fenómeno celeste.
–Madre –pregunta. – ¿Qué ocurre en el cielo? ¿Es un eclipse o acaso los dioses están devorando la luna?
–No temas hijo, las divinidades están devorando la luna a dentelladas.
–Gracias madre por traer tranquilidad a mi corazón. Temí que se tratara de un eclipse.


De: El silencio continente [2008]

SALEM

¿Era el alba, acaso, la claridad posterior
a la noche de los colgados, irrupción de luz
sobre los cadáveres de esas mujeres
que pendían de los árboles, cuerpos
de hechiceras al viento aterrando a los niños
en nombre de la cruz?
¿Era la claridad perturbada por la imagen
de los cuerpos profanados,
la brutal exposición de las ajusticiadas expiando
los pecados de la aldea,
las dueñas de pócimas y manzanas
las brujas, sus escobas?
¿Eran estas mujeres arrebatadas a sus lechos,
a sus solterías y excomuniones, a sus pecados,
a la difamación, a las mentiras de los niños,
los calderos, los secretos de las hierbas del bosque
el miedo de los hombres?
Qué magia evitaría el otoño de sus lapidaciones.
Qué cabelleras sobrevivirían a los cuentos.
Qué pudor podría redimirnos.
Qué escobas qué escondrijos de la noche.
Qué oscuros acertijos qué lugar.



LA GUARDIA EN ELSINOR 


Who art  thou that usurp st this time of  nigth
William Shakespeare, Hamlet, acto I, escena I


¿Redoblaremos la guardia en la explanada?
¿Debemos redoblar la guardia del castillo,
ahora que la sombra de un espectro recorre
estos lugares? Esta es una hora incierta
y la tragedia podría cernirse sobre nuestro reino.
¿Daremos crédito a lo que ven nuestros ojos?
Habla. Aparecido. Padre.
Qué tu palabra alumbre la trama y los secretos.
Vamos. Las preguntas nos agobian en el terraplén.
¿A qué oscuro designio obedece tu presencia?
Somos peones de un juego cuyas reglas desconocemos
y nuestro reino es todo el mundo.
Habla con tu boca de sepulcros, con tu furia insepulta,
porque nuestro amigo está triste y sólo tú
tienes las respuestas. ¿Qué ha profanado
tu descanso? ¿Por qué este destino de vigías
en la noche? ¿Ser fugas de luz en la sustancia
de los sueños? ¿Qué infamia te impide morir,
tal vez dormir? ¿Será la materia de los sueños
la sombra eterna de una duda?
Habla ahora si el resto es silencio.
El cielo no ha estado tan oscuro antes del alba
y nuestra filosofía no hubiera podido soñar esto.
Velamos porque esta noche es larga
y tiene la fragilidad de las promesas.
Vamos. Habla.
Nos perdemos sin palabras.


De:  Refracción [2010]


PLAÑIDERAS

Echando a las
plañideras
dijo:
retiraos
que la niña
no duerme
está muerta
y se reían
de él
y la mala
nueva se
extendía
sobre la faz
de la tierra
con la inversa
luz de los
milagros
incompletos


* Jesucristo, al encontrar muerta a la hija de Jairo dijo: «apartaos porque la niña no está muerta sino duerme». (Mateo 9:23) 


De: Lo atenuado [2014]


LA HENDIDURA

Algo en la alternancia
entre los colores de la tinta
y la hendidura certera
de la pluma sobre el papel,
lo blanco. Sea la pluma,
el canto o la voz, como el eco
que vuelve con el viento,
y sea esta luz también
que alumbra las aperturas
del mundo, aún en la noche,
el estilo o estilete que rasga
el blanco de la hoja.


ODRES 

Algo falló a la salida de Cafarnáum.
Preguntaste si aún llevaba los dones conmigo.
«No lo sé. Tengo el barro, los odres y las tinajas».
Dijiste que sólo el vacío de los cuencos era real.
Me pediste un abrazo.
No porque todo se desmoronara.
Sino a pesar de eso.


DEL PREGUNTAR CUANDO OSCURECE

Cómo se dice rojo azul bocacalle.
Cómo tormenta alba desagüe.
Decí perro luna horizonte calle que se extiende.
De qué color es ausencia júbilo mañana besos.
Dame rescate exilio palabras.
Dame sílabas puertos lejanías. Insignia.
Qué es tormenta borde aveluz instancia.
Quién olvida. Y en quién se olvida qué.
Cómo se vuelve a donde jamás etcétera.
Qué es un momento. Y cuánto dura.
Qué ruido hace un hombre al romperse.
Cuánto tarda en caer.


EXPRESIONISTA 

Es cierta esa sombra que habla,
eso que te dice sin decirte,
te nombra por omisión,
te alude o devela,
en tonos pálidos y sugerentes,
azul, almada, inminente;
detenida como un poema
de Trakl, cuando atardece
y dispuestos sobre la mesa,
el vino y el pan te consagran
devota, fascinada,
ante los símbolos
de la Eucaristía.


ANTAÑO SINCRÓNICO

Amanecía y tenías la canción
más linda de los lavaderos,
del color del patio de los emigrantes.
No nos salvamos
sin quien cante o cuente, decíamos.
Lo nuestro habló: un poeta venera el aullido
de sus lobos, así como un pintor mutila sin piedad
las sobras de su cuerpo o un músico restituye
el prestigio del silencio.
Por la tarde, no te hallaba en los portarretratos,
y suelo faltar en los espejos.
Tuvimos galas en el bosque,
y lo nuestro habló:
hay artistas que de tan salvajes,
lloran el rocío sobre las cortes.
¿De qué serviría una deidad que no priorice
la pasión a las prisiones, una mujer sin labios,
una mirada sin salvajismo, un profeta sin espada,
un amigo sin desesperación
un hombre sin cicatrices?


SEPIA EN UNA POSTAL


Para Tavo Kupinski, en memoria. 


Esta pobreza es la merienda de los concentrados.
¿Ves los abrigos, las filas en busca de un plato de comida?
El renovado milagro de la lluvia
abre nuestras soledades a algo más grande.
Tu invierno llegó primero. Y allí quedó tu corazón.
El temporal agitó mi abrigo
cuando miré más allá de los alambres.
Y no supe decir mi nombre en los interrogatorios.
No es que no quise. No supe.
Aquí, en los campos de la abolición,
dejé la guitarra sobre el pie.
Y busqué fotos viejas.
Y todas tenían esa calma extraña de los teatros en silencio.
Vos dijiste “hablemos de chicas”.
Y las vimos bailar desnudas en la fila de los condenados.
Y nos prometimos vivir solo por eso.
Son tan lindas. No me falles.
Yo callaría por escribirte. Mirá, yo elegiría la vida.
Mientras la vida aún me elija.
Aun si esta lluvia continuara. O se diera a tu silencio.


DESTIEMPOS

Llego pronto a tu antes,
palpo los nunca de tu respiración agitada.
Cuando callás, algo silencia más allá de vos,
y cuando cerramos los ojos,
todo duerme en algún lugar.
Esto está hecho de gestos desesperados,
de destiempos, no tiene sujeción:
donde vos calculás, yo me deshago,
donde vos te mostrás, yo me desarmo.
Sos la regla que confirma la excepción,
lo espectral. Vivo en un no instante,
entre el ya no de tu partida y el aún no
de quien serás.



JAVIER GALARZA es poeta, nació en 1968 en Buenos Aires. Entre 1997 y 2000 dirigió la revista Vestite y Andate. Publicó los libros Pequeña guía para sobrevivir en las ciudades (2001), El silencio continente (2008), Reversión (2010 Belo Horizonte), Refracción (2012), Cuerpos textualizados (2014), en coautoría con Natalia Litvinova y Lo atenuado (2014). Desde el año 2004 es Profesor Asociado de la Fundación Centro Psicoanalítico Argentino donde dio cursos sobre Hölderlin, Rilke y Paul Celan. Escribió notas y ensayos sobre Osip Mandelstam y Alejandra Pizarnik. Se dedica a la enseñanza y a la investigación literaria.

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