Isbel González

By | domingo, octubre 02, 2011 Leave a Comment

Isbel González
 
5 Poemas Inéditos






POEMA MIENTRAS LEO "POR ESTA LIBERTAD" DE FAYAD Y ME SONROJO

No habrá más poema sin
la violenta música de la libertad


Fayad Jamís


A quién, a qué este sobrevivir
amontonando los días
como si fueran pequeñas bolas de billar
que caen irremisiblemente en su agujero.
A qué, a quién esta existencia inútil,
esta lluvia irracional, esta falacia.

Sobrevivo, sí, apenas sobrevivo.
Con la verdad,
mi verdad, mi odio y mi miseria
amordazada.
Bajo siete llaves de silencio.
Siete celadores del miedo.
Siete coronas de espinas.
Siete estigmas en el falo.
Siete noches calurosas.
Siete faros sin océanos.
Siete eunucos aplaudiendo como focas.

Necesito un coche bomba,
una carga para matar bribones,
despertar y descubrir que aún respiro.

En la tv alguien se burla de nosotros.
En la tv yo me burlo de mí mismo.
Araño las paredes,
fumo un cigarro para morir de cáncer,
para sentirme vivo,
para seguir burlándome de mí.

11:30 p.m.
Aún se burlan de mí en la tv,
merodean mi hastío,
juegan con mi miseria,
y con la tuya y la tuya y la tuya
y la tuya por si acaso.

11:30 p.m.
Apago la tv,
mañana será otro día de trabajo.

Alguien pasa con un pan al hombro y es feliz.
Como una vaca
es feliz.
Con su pan y su candidez grávida sobre los hombros,
sobre las arterias y la médula.
Pasa, como una vaca con sus ojos sin destino.
Con sus ojos que van al matadero.

Agitar las manos (inútilmente)
contra tu soledad entre la masa,
contra los muros, el silencio, la asfixia.
Bajar la calle principal de tu nostalgia.
Tropezar, caer y levantarte,
contra la ausencia del asfalto,
contra el polvo acumulado en las fachadas.
Bajar, siempre bajar
y descubrir cuánto le falta,
cuánto le sobra de maleza y de maldad.

Avanzas,
tocas a una puerta y nadie te responde.
El polvo se esparce como una lluvia de cenizas.
Cae sobre tus ojos, tus oídos, tus brazos.
Sabe a soledad y a algo absurdo,
como el desamparo de una estrella
que cae en plena madrugada,
allá lejos,
detrás del horizonte,
detrás del mar que se tragó a tu hermano.

Decía, perdón, bajas la calle
y en el descenso irremisible
nos preguntamos adónde conduce este camino.
¿Acaso al mar?
¿Al cementerio?
¿Al parque y su glorieta?
¿Al circo y su función,
sus animales,
malabaristas,
sus magos y payasos?
A nadie le importa que desciendas.
Todos se esmeran en su porción de calle.
A nadie le importa que se estreche,
que se hunda para siempre,
que te opriman las paredes y el hastío.

Alguien pasa con su carro de lujo,
con una bandera ondeando como en broma.
Alguien que no descifro tras su cristal oscuro
pasa perpendicular a tu destino
(tu calle es demasiado irregular)
y no te importa.
Finges que no te importa,
con tus papeles bajo el brazo.

Y mientras tanto te consuelas.
Pones tu cabeza en la almohada.
Sueñas.



EL ALEPH



...y vi la sombra muda del destino,
los límites dispersos, la osamenta
de ancestrales guerreros, lo que cuenta
el oráculo en Delfos, pergaminos
en las ruinas de Tebas. Vi caminos
y torpes caravanas en su lenta
procesión hacia Roma. Vi la afrenta
a una esclava en decúbito supino.

Todo esto sé; del Alfa y de la Omega,
del eterno retorno. Todo he visto:
el miedo y la moneda, Judas, Cristo
y a Pedro que nos ama y que nos niega.

Más, nunca divisé cómo se llega
al tiempo y dimensión donde ahora existo.




EL TEDIO DE LA ISLA


Nada fue suficiente para el tedio. Le pusimos zanahorias y garrotes, ciegas revoluciones y consignas, pero nada fue comparable al tedio de la isla. Tuvimos la conquista y la promesa, la india sometida, la colonia, el guarapo y su verde satinado; pero nada, nada bastó, aún ladran los perros bajo la neblina y la gota gotea en la gotera: thic, thic, thic, goteando sobre el piso de la isla. Pero el tedio es marfileado, marmoleado, el tedio de la isla es la más dura sustancia. Para olvidar bebemos, pero persiste allí, en la resaca. Para olvidar hacemos el amor, pero el amor de la isla tiene matices tediopúrpura. Para escapar de sus centenarias redes destejemos sus hilos, pero la araña espera agazapada en el eterno corazón del país.




LA INTERNOS ZONAL



Arriba los pobres del mundo*

Arriba.
Arriba de qué,
de toda la falacia del planeta,
del santuario enorme sobre el polvo,
de la mierda y demagogia de los emperadores,
de la ausencia de panes y de peces.

De pie los esclavos sin pan*

De pie o tendidos sobre el miedo;
qué más da.
Desde el horizonte los ñúes de la miseria
macerando la flor en estampidas.
Desde el horizonte
sigue espejeando la libertad.

Gritemos ya todos unidos*

Al carajo (puntos suspensivos)
Arriba o abajo.
Abajo quién.
Arriba o abajo.
El polvo siempre sería el polvo,
la piedra preterida.
Arriba.
De pie.
Gritemos.
Que solo nos queda este silencio.


* Estos fragmentos de la internacional son para decir cantados dentro del poema.


YO ODISEO CONFIESO MI SINO CON LAS MANOS MANCHADAS POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS


A Mildrey Betancourt.
Por el retorno y su presunta eternidad.

Nadie espera por nosotros. Penélope nunca me conoció, no teje apenas. Los barcos se han deshecho. Yo, Odiseo, me entrego a Circe, a la visitación de los demonios. Somos las criaturas de un mundo apenas discernible. Qué de jaurías contra los ciervos del placer. Henos aquí, hijos de Dios, huérfanos y hambrientos, con una mano en el pecho (no en su invocación, sino abrazados a sus arterias) y otra en la médula, censando los instintos.

¡Silencio! Repiten los cánticos de Sodoma.
¿oicneliS? Me responde la conciencia, mi sospechosa conciencia que se empeña en desandar los argumentos. Y qué si partieron los Aquiles, ya cansados de morir de nimiedades, si son apenas criaturas del olvido, muertos que viven en otros muertos.

Somos la misma especie de hace siglos. La que murió sin fuego bajo las garras del tigre. La de Hiroshima. La que algún día llegará a las estrellas, si sobrevive a los tigres que la acechan todavía. Aún necesitamos amuletos e invocamos a los dioses y al olvido.

Esta Odisea muere en el simple acto de pensarse, en una esencia diferente. www.odisea... y estamos otra vez frente al ordenador, frente al cielo de Babilonia o la cámara de Auschwitz y me convenzo una vez más que somos las criaturas de siempre, nosotros, los Homo sapiens sapiens.

Quizá fui yo quien lanzó la primera piedra. Permítanme recogerla ahora que nadie me ve, hoy que la soberbia está dormida. Carguemos de una vez con nuestras piedras, aquellas que lanzamos también contra la conciencia. Antes que un muro nos aleje de Ítaca para siempre.


ISBEL GONZÁLEZ GONZÁLEZ, nació en Guayos, Cuba, 15 de Junio de 1976. Ingeniero Industrial. Poeta, narrador y ensayista. Trabaja actualmente como diseñador en Ediciones Luminaria. Miembro de la Asociación Hermanos Saiz (AHS). Graduado del IX curso de técnicas narrativas "Onelio Jorge Cardoso". Ha obtenido mención y premio de poesía en el concurso CASATINTAS 2005 y 2006 respectivamente. Mención de poesía en el concurso Ada Elba Pérez, Jarahueca 2005. 1er. lugar en poesía, 3ro. en narrativa y mención en el concurso nacional "Batalla de mal tiempo 2005" de Cienfuegos. Premio nacional en poesía y local en narrativa en el concurso Mono-Rosa 2006 de Cabaiguán, así como el local de narrativa en el 2008. Finalista en el concurso nacional "Poesía de primavera 2006" de Ciego de Ávila. Premio de la Ciudad de Sancti Spíritus 2006 en literatura infantil. Finalista en el concurso de poesía "La lectora impaciente" de España en el 2006. Premio de cuento en el concurso SEMANA NEGRA 2006 de Gijón, España. 2do., 3er. y 1er. Premio en el Cuba Soneto 2006, 2007 y 2008 respectivamente. Mención en el concurso nacional Raúl Ferrer 2006. Finalista en el concurso "Club Abuelos 2008" de España. Premio nacional Pinos Nuevos 2008 de poesía infantil. Premio del ICAIC en el concurso de minicuentos El Dinosaurio 2008. Premio de cuentos El mar y la montaña, Guantánamo, 2009. 2do. Premio de poesía en el "III premio internacional La Revelación", España, 2009. 3er. Premio en poesía en el concurso Mangle Rojo, Isla de la Juventud. Textos suyos aparecen en varias antologías y publicaciones periódicas de cuba y el extranjero. Tiene publicados La insoportable liviandad del ser o manual para cazar un homo sapiens (Premio CASATINTAS 2006, Luminaria 2008) y Los güijes del arco iris (Premio Pinos Nuevos 2008, Gente Nueva 2008).

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