De: La Edad Atómica (Córdoba, España, 2014)
Poesía de carne y hueso furia y amanecer
Ahora es posible atravesar continentes sin un centavo en el bolsillo
O caminar toda la noche en cualquier ciudad
Con un buen amigo que se expande por el cielo
Caminar toda la noche
Hasta llegar a ninguna parte
Pero llegar a construir
Cierro los ojos y nos miro en la edad atómica
Chicos hermosos de cabello alborotado
Discutiendo largas horas bajo la lluvia
Ladran junto a los perros de la noche
Los perros que bajo el sol desaparecen
Porque saben que en la oscuridad
Se esconden las flores luminosas de los sueños
En la edad atómica se deja todo
Para lanzarse a los caminos
Y todo está bien
Todo está bien
La violencia de la que no se escapa está bien
Las heridas de la desilusión están bien
El cáncer del tiempo está bien
El hambre
Los edificios que se derrumban
La lluvia de dos cuerpos encontrándose por vez primera
Labios abiertos
Juegos al filo del barranco
Trifulcas
Todo está bien
Menos la inmovilidad y el silencio
Corre más rápido que la policía
La suma de los errores hace un estilo
Baila baila
Sobre las ruinas de un país sin nombre
La bandera son los niños destrozados
Las aves cantando su corazón
En el corazón de los árboles
Que miran todo
Aprendimos más en una canción de 2 minutos
Que lo supuestamente aprendido en una escuela
Rostros jóvenes que no crecerán tristes
Porque enfrentan la vida y sus miserias
Y saben que lo más hermoso se esconde en el siguiente libro
En el siguiente acuario
En la siguiente noche
En el siguiente sexo
En la próxima canción
No hay refugio
Un país abierto en los corazones
Así
en plural
Porque ahora no basta con la sístole y diástole propias
Ahora se suman el palpitar de toda la flora y toda la fauna
Del cielo y del infierno
Todos los poemas
Todas las caricias
Todo cabe dentro
En la edad atómica
Sólo hay dos maneras de vivir
la primera es disfrutar sin parar
la segunda no la conocemos
Soñé con la poesía de América Latina Una mano invisible y pesada la reunía una tarde en el desierto La poesía tomaba forma de un perro amarillo en medio de la nada a lo lejos muy lejos un oasis cordilleras el mar El perro solitario bajo las llagas del sol caminaba lento y sus patas se hundían en la arena pero el animal monstruoso o alucinante no caía no dejaba de avanzar una tormenta de arena a 100 kilómetros por hora lo arrancaba de mi vista y juro que mi corazón dejaba de latir Un ave metálica atravesando el cielo sin problema alguno tal vez se reía del animal perdido y de mi condición de estatua en aquel momento La tormenta avanza hacia el sur y el perro aparece intacto con los ojos entornados su piel amarilla como el desierto en esa tarde infernal y avanza ¿Pero a dónde se dirige? Uno no nunca sabe a dónde va la poesía ni siquiera en el mundo de los sueños Tal vez el perro monstruoso vaya y orine al mar luego comience a entrar en él y no haría nada más o nadaría hacia el fondo para reunirse con los perros acuáticos del olvido o no Lo cierto es que el animal avanza me gusta mirarlo y acariciar su pelaje brilloso su hocico sangrante Luego tira una mordida que se extiende por todo el desierto le da la vuelta cien veces y se muerde a él mismo La poesía también se trata de morder y de arrancarse con colmillos afilados lo poco de piel que queda y seguir no importa a donde no se sabe a dónde pero seguir
Quiero ver a los muchachos desnudos corriendo en la ciudad en llamas riendo de la ciudad y sus llamas completamente alucinados con la nariz en las nubes y la cabeza entre las flores del universo No perder los mejores años de vida Mejor amar sin consideración renombrar constelaciones y descubrir planetas expandiéndose en los ojos amanecer con nuevos sueños con el cuerpo empapado de alcohol y las manos fluorescentes de haber removido el alma de chicas de labios sabor a fresa El mejor momento de la vida es este cuando se monta un tren cósmico y se escriben y se riegan cientos de poemas en una noche para despertar al otro día y escribir y regar cientos de soles que alumbren la siguiente noche. Ahora se escriben todos los libros que dios no ha sabido escribir Ahora se pueden moldear las nubes y hacer el poema que la ciudad lleve de sombrero Por nuestra mente pasan los mejores poemas de la ciudad el cerebro es un cielo atravesado por jets de celofán y estampidas de animales furiosos furiosamente creativos encendemos la mecha que hará estallar el corazón y no no somos infantiles ni estamos verdes para ser frutos en el árbol de la vida ya nos tiramos al abismo sabemos que lo más hermoso nos espera después de caer nuestros pasos van seguros y delirantes no nos menosprecien por tener 20 balas 20 naves 20 ojos 20 puños 20 años en este ex país solitario bajo la noche solitaria cuando nacimos la ciudad ya estaba jodida nosotros la ponemos de cabeza a ver si la fiebre se le baja Cuántas veces el cielo nos ha volado la cabeza de un disparo Cuántas veces ha renacido esta mente más brillante esta sangre luminosa Que no digan que a los 20 nada sabemos que a los 20 nada escribimos a los 20 hacemos de las nubes un lenguaje para romper las barreras geográficas y comunicarnos con los astros Sabemos el dolor de nacer en un país que hace tiempo está muerto y los muertos son el abecedario con el que escribimos un poema para enterrar bajo la arena y en mil años el mar y el viento lo descubran cuando en mil años el mar y el viento sean dos muchachos desnudos bajo el arcoíris de fuego A los 20 perros de lotes baldíos conocemos el lado oscuro de la ciudad Sus cuerpos mutilados Sus chicas pidiendo fuego y las caricias de unas manos que devoran todos los sexos por el puro placer del canibalismo Cuántas veces señores detrás del escritorio nos han dicho que hace falta explotar en serio Cabrones! No se dan cuenta del big bang que diario hay en nuestra vida alzamos la voz y tiembla el vuelo de las ave y debería temblar el imperio de los dinosaurios Mañana estos 20 puños habrán caído por esta noche hay que encenderlos que estallen libres en su naturaleza de soles y lluevan astillas que hieran el ojo humano
De: Seguir (Buenos Aires, 2016)
Tirados en la cama
Afuera llueve y el cielo se ilumina
Con una luz fluorescente
Que atraviesa la noche
Jugamos al fin del mundo
Y nos perdemos bajo las sábanas
Escenificamos partes
De una película que vimos
En el cine Lorca
La peli trata de dos niños verdes
Escondidos en una cueva
Los niños no envejecen
Y tienen un lenguaje que cambia
Según las estaciones del año
A veces las palabras caen
Dibujadas de su boca
Y al pisarlas
Se deshacen como la luz
Regresando al origen
Otras veces
Se alimentan de las vocales
Y sueñan que cantan con pájaros de fuego
Los pájaros que hoy siguen cantando
Y regalan la música de esta noche
Y en el invierno
Con las palabras construyen espejos de nieve
Para encontrarse desnudos
Y reconocer el país que es su cuerpo
Afuera llueve y el cielo se ilumina
En la radio dicen que es un meteorito
Que al entrar a la tierra se enciende
Como tú te enciendes por las noches
Para que yo no tenga miedo
De los monstruos escondidos en el armario
Entonces podemos seguir con el juego
Del fin del mundo bajo las sábanas
Inventar que todo termina
Y dos niños verdes sobreviven
Mientras un meteorito se enciende
Avanza directo a la tierra
Entra con la furia de todos los trenes
Que rondan en la vía láctea
Y la infancia del planeta
Se echa a llorar
Borrachos en la noche de invierno de Buenos Aires
no teníamos más plata
ni una botella de ron carajo dije
ni caramelos ni pala escondida en envolturas de caramelos dijiste
sólo quedaba seguir caminando
así que te sacaste los tacos para no esguinzarte un tobillo
y seguimos rumbo a tu casa
en mi campera encontré un cigarro que compartimos
mientras esperábamos que pasara un tren
lleno de borrachos
tus piernas desnudas
atravesaron las vías
y te escondiste para orinar
un auto cruzó la esquina
barriendo con la luz de sus faros
la pared contra la que orinabas
y yo jugué a que no era un auto
sino un ángel que iluminaba tus piernas
largas y asesinas
el mismo ángel que ilumina de noche
los cementerios y las fiestas
a lo lejos un perro ladró al tren que se perdía
pensé que era el momento justo
para que algo se revelara antes del amanecer
pero ya era mucho delirio
así que seguimos caminando
yo quería dormir contigo
llevabas una minifalda
y los hombros descubiertos
no te importaba el frío
ni seguir caminando
pero no pudiste contra el hambre
esto se te ocurrió
al cruzarnos con un Nac and Pop
y te acercaste decidida
para ver quién te invitaba un pancho
y apareció una chica
muy guapa también
comía un chori de parada
te dijo que te invitaba el pancho
pero si le regalabas un beso
el primer beso
las llevó al segundo
y al tercer beso
y sin pancho
luego la brasa de tus ojos
dio con mis ojos desorbitados
los borrachos entraban y salían
del Nac and Pop
las caricaturas dibujadas en la pared
me miraban con un gesto burlón
los dientes se les caían de la risa
de mirarme parado como una estatua bajo el diluvio
los ojos de Charly García y Mercedes Sosa
el Che Guevara y Mickey Mouse
me decían
“comé queso posta
no plástico fundido”
y esa otra caricatura
que me miraba de frente
¿quién era Cesar Luis Menotti?
me decía que del banco no iba a salir
me encogí de hombros
conseguí un cigarro
di media vuelta y crucé la calle
“comé queso posta
no plástico fundido”
ahí tienes tu puta revelación de la noche
me dije y saludé a un perro naranja
que olfateaba en busca de un choripán tirado
o una milanesa convertida en vómito rojo vino rojo
los sueños sangran
INÉDITO
Los fines de semana
salíamos a caminar
por Palermo y Avenida Corrientes
sin un centavo en el bolsillo
intentábamos que nada se nos antojara
para preservar la alegría
de un paseo por la tarde
pero inevitablemente
te ponías a mirar ropa
a través de las vidrieras
y se nos hacía agua la boca
cuando mirábamos los helados
y las tortas
que los demás comían
una vez
pasamos por un restaurante vegetariano
y sin querer miré tu cara
tus labios apretados
y las comisuras levemente hacia arriba
en una mueca de sonrisa contenida
siempre quisiste entrar ahí
pero nunca tuvimos guita
porque yo no hacía nada
más que escribir poemas inservibles
mientras tú trabajabas
8 horas en una oficina
de la que varias veces
saliste a punto de llorar
los dos habíamos llegado a ese acuerdo
luego de una plática
en la que me contaste un sueño
donde yo conseguía un contrato
con una editorial transnacional
y mi libro se vendía en todas partes
diseccionaban mis poemas
para venderlos en supermercados
junto a la carne
y la boca abierta
de los pescados
que no pudieron decir
sus últimas palabras
tomaban versos
para imprimirlos en gorras y remeras
y hasta hacían una película
a partir de mi libro
y nuestra vida glam
decías que no me preocupara
que yo me concentrara en escribir
y que pronto la suerte cambiaría
pero los poemas no dan para eso
en el fondo lo sabíamos
y quisimos creer
supongo que no quedaba más remedio
teníamos esa extraña actitud
de añorar lo más lejano
para no decepcionarnos
con la miseria de los días
y tú mirabas la ropa
entrabas a las tiendas
frotabas los vestidos y los blue jean
y te imaginabas
vestida con esas prendas
brillando por la calle
saboreando un helado bicolor
mientras el cielo se ponía naranja
la pintura perfecta
y yo imaginaba
que sí rodábamos
una película very glam
y que tú eras la estrella
con tus gafas popstar
y yo era el chico guapo de los helados
que te enamoraba con su sonrisa idiota
GERARDO GRANDE, Nació en el Distrito Federal, México en 1991. Publicó La edad atómica (Córdoba, España, 2014), Fiesta brava (Entre Ríos, Argentina, 2015) y Seguir (Buenos Aires, Argentina, 2016). Es co-compilador de Astronave, panorámica de poesía mexicana 1985-1993 (México, 2015). Ha participado en festivales y encuentros internacionales como Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, Festival Internacional de Poesía de Rosario, Festival Internacional de Poesía de Córdoba, entre otros. En 2011 ganó el concurso nacional para jóvenes creadores, otorgado por la Fundación para las Letras Mexicanas. Mantiene la columna Carne, hueso, furia y amanecer en el periódico digital mexicano sinembargo.mx. Actualmente vive en Buenos Aires, Argentina.
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