Mariano Díaz Barbosa
Poema Voraz
Si contaran a todas las personas que asesiné en lo que llevo siendo, no habría otro asesino en masa peor.
Soy de alguna manera lo que resta de todas las personas que me amputé.
Todos los días mato a uno de mí, y veo que todos los días cae alguien peor, y no sé si debería ser un héroe al haber librado al mundo de mis engendros, o debería temerme cuando vea que ya no me quedan víctimas.
Soy un todavía.
Soy un todavía lleno de mis futuras muertes.
Soy lo que me sobreviví.
Soy lo que me sobrevive al apetito
Al apetito rabioso, al apetito pleno de comerme, al apetito siempre
Al apetito siempre ligado al que devora, al que devora todo lo que no es él, al apetito que es el yo que devora
Tengo miedo
Tengo miedo que de alguna manera, alguna vez pueda ser demasiado, que de alguna manera alguna vez no sea suficiente, que de alguna manera alguna vez ya no quede otro que devorar, otro que matar en este proceso de serme, de alimentarme de mí.
Tengo miedo que de alguna manera, alguna vez ya no quede un yo, un yo que asesinar en este crimen de apersonarme, en este delito de serme, en esta matanza de hacerme
En este ser caníbal
Este yo parasitario de mis otros
Soy todas las personas que van muriendo a mis pasos.
Soy todas mis posibilidades que cancelé.
Soy hasta que llegue la hambruna.
Mi muerte es mi hambruna.
Mi muerte será la única que no pueda matar.
Soy el que mató todo lo que era.
Seré el que mate lo que soy.
Soy el que mata y sueña.
Soy el que sueña lo que no es
Lo que no es ese yo que mata.
Soy el que sueña que es uno y otro.
Que es uno y uno y uno
Soy el que sueña con todos los muertos que fue, con todos los muertos que fueron en mi masacre de todos los días, y los que era hablan en coro en los sueños del que los mató, del que los maté, y todos mis sueños terminan con los que era devorando al que soy, devorándolo, devorándome, hasta que el que soy despierta.
El que soy despierta siendo el que era.
El que despierta luego de ser devorado ya no es el que soy.
El que soñaba ser devorado es muerto por el que ahora soy.
Y el que soy soñará que es devorado.
Todos los días mato y sueño que soy muerto y cuando despierto ya maté al que soñaba.
Ahora soy
Soy el que lleva al embrión de su asesino
Y en los sueños a sus víctimas
Soy el que mata
Y será muerto
Soy el asesino que tarde o temprano se asesina
Soy todas las personas que maté en mí.
Soy hasta que ya no tenga a quién matar.
Soy el que alguna vez será.
Soy el que alguna vez será sin ser vengado
Cuando sea el que no quede otro para matarlo
El que será alguna vez
El que soñará con todos los que mató para ser
El que soñará con uno y uno y uno
Soñará con uno más, con uno más que no estaba en los sueños de los otros que mató, en los otros que soñaban ser muertos por los otros que habían matado, con uno más que no tiene nombre, con uno más que no conocerá, con uno más que le pondrá un cuchillo en las manos, con uno más que lo mirará a los ojos, con uno más que expondrá el pecho, con uno más y la estocada
Soñará con matar a uno que nunca será
Soñará
Y entonces
Entonces será el que nunca despierte.
De: Para que nada sea [2013]
MARIANO DÍAZ BARBOSA, nació en 1982, vivió en Buenos Aires y en San Miguel de Tucumán. Pasó por la carrera de Filosofía de la UBA y estudió cine en el CIEVYC. Ha escrito guiones para corto y mediometrajes, reseñas literarias para la revista Gramma, de la USAL, y publicó un artículo sobre Yukio Mishima en Intersecciones.psi, la revista digital de la Facultad de Psicología de la UBA. Desde 2005 asiste al taller literario que dicta Liliana Díaz Mindurry. En 2013 publicó el poemario Para que nada sea y en 2014 el libro de relatos La compañía de los hombres.
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