Fidel Maguna
Cuatro Poemas
NO LE TENGAS MIEDO A LOS POETAS
No le tengas miedo a la noche, niño
no le tengas miedo al niño, sol
es mayo y nada fluye
los árboles se deshojan mientras espero
que el horizonte pase por encima
de mi cabeza. Nadie llama, nadie contesta,
las cartas negras están sobre la mesa, y sobre la mesa
el vino derramado.
Es mayo y no hay trabajo, de muertos propios y ajenos
me habla la mujer. Es mayo y la ciudad está triste,
un asesinado por día y un insatisfecho por esquina,
rosario es cualquier cosa menos virgen, rosario
es este mayo de poetas con hambre y de charlatanes con comida,
este mayo de mil esquinas, y de ruidos, y suicidas.
No le tengas miedo a los poetas, niña
ya no dictes poesía, amor,
es mayo y al río solo le prestan atención
los curtidos pescadores que los mancha la vigilia.
Es mayo y es otoño y es poesía el silencio.
El barullo inefable no está lejos pero tampoco está aquí.
EL SUEÑO DE UN AMIGO
Este espacio que crece y desaparece
me recuerda hoy que tengo un nombre.
Los tres mil caballos del ocaso
soplarán polvo en las estatuas de los sueños.
Muertos cantan sin cerrar la boca, amigo,
y están cocidos a la pared atestada de libros
de la Biblioteca Nacional.
La imagen es el lugar donde no se posan nuestros ojos.
El verso es la intención del verso y nada más.
El hogar es nuestra patria.
La patria nuestra ilusión.
Al gordo
NO TE MATES SIN ANTES LEER A DRUMOND DE ANDRADE
“(…) El amor, Carlos, eres telúrico, / la noche pasó en ti, / y los complejos se subliman, / allá adentro un barullo inefable, / oraciones, / gramófonos, /santos que se persignan, / avisos del mejor jabón, / barullo inefable que nadie sabe / de qué, para qué.”
De “no te mates”, Carlos Drumond de Andrade
¿te perdonan o te tornan gris el azul
esos diablos que bailan, según vos,
en estrepitoso silencio?
¿te detienen o te tienen?
Se agita el polvo; el mundo es polvo
ventoso simbolismo que nos hiere
¿quién te sopla? ¿quién susurra,
escondido ahí, las peores pesadillas?
La siembra se demora porque se ha demorado la cosecha.
¿pero quién, dios diablo mío, quién es capaz
de darle armas a un niño?
En su bicicleta el niño busca agitado, por caminos de tierra, la ruta y sus dos cunetas.
Todo es llanto, niño llanto, todo es polvo, mundo polvo,
y el barullo inefable –¡Drumond de Andrade!- no tiene qué ni para qué,
solo existe, seco y frontal, como la muerte misma.
El barullo inefable solo tiene quien y para quién.
¿Qué para quién? Por ejemplo para los ojos,
esos ojos que no perdonan y que tornan
gris el azul, piedra la tormenta, todo pecado, negra cosecha.
En su bicicleta el niño busca agitado, por caminos de tierra, la tormenta.
LLANURA Y SOL, UNA IMAGEN
Un niño pescaba mojarritas en la cuneta
¡como llovió ayer, doña Magdalena!
Un niño pescaba mojarritas en la cuneta
¡mire la ruta inundada, doña Magdalena!
La caricia del viento sobre los pastizales
traía los mugidos de las vacas invisibles
los ruidos del metal y los motores, lejanos.
Un niño pescaba charcos en las cunetas de la sangre.
El viento era una brisa alegre.
Los álamos y cipreses también eran sonidos,
imágenes de ensueños, poemas que habrían de venir.
La ruta angosta cortaba el campo, estaba vacía.
El colectivo de las 15 todavía no pasaba.
Un niño pescaba mojarritas en la cuneta
El cielo estaba gris. Las hormigas seguían su curso.
FIDEL MAGUNA, Nació el 14 de noviembre de 1993, en Rosario. Pasó dos años de infancia en Buzios, Brasil. Está preparando un poemario que probablemente se llame Ainda. Publicó en coautoría con su padre el folletín (o novela corta) Camila Camina, y junto a Matías Ferri el poemario Mano a mano – Hemos quedado. Es colaborador ocasional del diario El Ciudadano.
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