Ezequiel Nacusse
Seis Poemas
De: Un campamento en la montaña [inédito]
UN CAMPAMENTO EN LA MONTAÑA
De lejos llega
La música del camping
Aquí
Las cosas no suceden
Mis amigos también cantan
Contra el viento
Sé
Que el tiempo
No es más que esto
No importa
Que hoy estemos enfermos
COSA VIVA
En mi casa
No hay plantas
En el balcón
Vivo
En un sexto piso
En un departamento amplio
Y oscuro
A veces
De tarde
O de mañana
Tengo la sensación
De haber sido
Arrojado al mundo
Envuelto
En una toalla
De quién me tapo
En tanta oscuridad
Con una taza de té
Me entretengo
Varias horas
Miro
Cómo se tiñe el agua
Como petróleo
En el mar
En mi taza viven
Los "qué"
Ellos
Atienden ciegamente
A su naturaleza insípida.
ESTE TIEMPO YA NO ES TUYO
Este tiempo ya no es tuyo
Perdido entre sus cosas
Aunque en la vereda tengas miedo
En el fondo de sus manos
Hay un violín que canta para vos
Este tiempo ya no es tuyo
No estás equivocado ella
Te mira con los ojos perdidos en tus palabras
Cuando manejás por la ruta
En tu auto de insomnio
Te pregunta
Por las historias que te contaba tu viejo
Y el tiempo no parece ser tu tiempo
No estás equivocado
Un cielo lleno de avionetas
Los mira tomarse de la mano
Este tiempo ya no es tuyo
Pero lejos de la ruta desolada
A las tres de la mañana
Digo lejos
En la ciudad de ladrillos
Donde las fotos viejas
Imitan los fantasmas
Una muchacha negra se pregunta por vos
Ella se acomoda en el asiento
Te pide
Que termines la historia de los rusos
Que abandonaron a su padre
En un claro nevado
Y una muchacha negra
Sentada en el suelo de la cocina
Se pregunta por vos
Hay un cuchillo que se extiende hasta la línea del horizonte
Más allá
Está tu tiempo
EL MAR JUNTO A LA MONTAÑA
Nos sentamos a comer
Algunas galletas
Frente a la colina rojas
Muy lejos y hacia abajo
Un grupo de vacas pastaba
Y parecían piedras
O lunares
En la piel de la colinas
Dónde estaba el mar
Entre mis amigos
Debajo de ese cielo nubloso
Que era como un anillo de humo
Señalé hacia atrás
Y presentimos el agua
Tal vez
Una ola a punto de devorarnos
Corrimos
Colina abajo
Van a huir espantadas
Pensé
Mientras me agarraba de una piedra enorme
Una isla quizás.
QUIETUD
Arriba del árbol
Todo se ve como muerto
Ahí
No hay animales pastando
Y los nidos están vacíos
Abajo el suelo verde
Gira como una pelota de fútbol
Sólo el árbol sostiene
Prendido del cielo con angustia
El péndulo del mundo
Sólo yo en el árbol
Toco el cielo con las manos
Y nada cambia
TATUAJES
Dejar las pesadillas afuera
Disecar tus manos
La tarde esa en que llovía
Y saliste a buscarla
Por qué las manos
Dejar las pesadillas afuera
Disecar tu cara
La tarde esa en que llovía
Y saliste a buscarla
Por qué la cara
La cara
Sucia
Las manos
Las manos
Sucias
Disecar las pesadillas afuera
Esa tarde volviste y estaba oscuro
Estaba oscuro y llorabas y llovía
Llovía una lluvia fría como desde adentro
Dejar
Abrir
Disecar
Cuál es la pesadilla perfecta
EZEQUIEL NACUSSE, nació en Tucumán en 1990. Fue antologado en Reñidero. Antología de poesía tucumana contemporánea (2012) y en 30.30 Poesía argentina del SXXI (2013). A fines de 2013 publicó Primera Persona. Es editor en el colectivo cultural Culiquitaca.
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