Javier Galarza
Poemas
RUINAS
Cuerpo o territorio
de magias
y cataclismos,
milagros
y naufragios,
sobrevive
a palidez
y cicatrices,
sacude
los restos
de un sueño,
estremecido
en residuos
de caricias,
intuido, sabido
o constatado,
amanece
exhausto
junto a las ruinas
de la noche
en cada cuarto
donde el amor
despierta solo
y espera.
ESTACIÓN
Abril
detenido
destila sombra
en los cristales
La sombra
de la vigilia
extiende
los candiles.
Luz
de tus señas
cifra los signos
de la noche.
COLAPSA
Colapsado el concepto
de lugar, la idea misma
de situación,
se despeña en su suerte,
en lo primordial y primero
de su nada, en la tentación
de sus abismos,
es solo su salto,
su caída,
su vacío,
colapsado el concepto
de lugar, la idea misma
de situación.
cómo ha sido siempre
tan otro
y
tan lejos,
tan otro
y
tan lejos.
MUELLE
Invadido el corazón
de la noche,
soy Uno
con las barcas.
Canto
por las sacrificadas
del eclipse.
El faro del mundo,
en la bruma,
desvanece
su sentido.
A veces la luna
maravilla este paisaje.
Ha malherido la sombra
del viajero.
Estoy parado
en la rompiente.
Aquí alumbran
y relumbran
tempestades.
Asolan la luz
de los barcos
en silencio.
VARIACIONES SOBRE EL OLVIDO Y EL PERDÓN
No solo para Silvia. No solo
aquel 24 de marzo.
1.
¿Cuál es el momento en que un cuerpo amado
entra en el pasado? ¿Cuándo perdemos gravedad
de una voz, magnitud de una caricia?
¿Cómo desdibuja el tiempo palabras y promesas?
No me concedas Señor
ni olvido ni perdón.
2.
Era 24 de marzo
y se cumplían 30 años
y era 24 de marzo
y se cumplían 30 años
y los chicos gritaban
y pasaban las comparsas
y las chicas bailaban
y el pueblo latía
junto a nuestros cuerpos
y los gemidos y los llantos
también eran
nuestros cuerpos:
habíamos
sobrevivido.
3.
Ella va a caminar desnuda y con tacos hacia el baño
hasta que venga la niebla y no recuerdes más que la niebla.
4.
“La única jurisprudencia es la del ofendido”
(Lautreamont)
No pretendas verificación de lo acontecido,
reconstrucción de los hechos, legitimación.
Los abogados existen. Los poetas no.
El amor es intangible. Un bien intangible.
No pretendas que sea tangible.
No pretendas que sea un bien.
No pretendas que sea.
(No pretendas no)
5.
Vas hacia otra mujer pero ya sos otro también.
6.
“Cuerpo recuerda”
(Kavafis)
El tejido del cuerpo social No digas cuerpo social
Es la piel que tiembla al ser sabida Es la memoria
Los cuerpos no tienen memoria No digas cuerpo
Agita nombres como pañuelos No han aparecido
Señor no me concedas ni olvido ni perdón.
7.
Te he visto dormir sobre mi pecho: uterina, desnuda y primera.
Fetal. Penetrada.
El ciclo del cosmos todo se comprendía en esa escena.
Invertíamos las piedades. Era Brahma. El origen.
La creación. La cosmogonía. Una leyenda hindú.
No nos será dado en vida comprender la revelación que aquella
noche alcanzaron nuestros cuerpos.
8.
¿No querías tus puentes, conventos donde trepar, estar perdido
una vez más, tus calles, tus trenes, tus mujeres, tus andenes,
cigarrillos y caminos, tu inabarcable libertad?
¿No la vas a extrañar?
9.
El pelo recogido. Arrugas en la frente. Los ojos desesperados.
Querías ir a un hotel. Era lo único que deseabas en ese momento.
Dabas miedo. Te hablé de la renuncia de Buda
Podríamos haber sido dos mendigos de abrigos largos
deambulando por la ciudad.
Por una vez supiste lo que era estar perdida.
No tener adonde ir.
.
10.
“Quién tiene un porque para vivir,
es capaz de soportar cualquier como”.
(Niestzche)
Me pediste seguridad a mí que sólo conozco la intemperie
y las tormentas.
Visto en perspectiva tiene gracia.
11.
Las ruinas del capitalismo son estos cuerpos descartables.
Esas casas con alarmas. La ilusión de un confort.
Esta falsa sensación de seguridad.
Vaya ¡qué bella y alegre es la pobreza!
¡y qué rica la vida del místico!
12.
Mujer y hombre en el lecho de su sombra
encienden fuegos. Caminos de retorno.
Dylan thomas escribe su oficio u hosco arte
para ellos que lo ignoran.
Prolongan la vida en una caricia.
Se confunden y alumbran mutuamente.
Qué importa dondeterminadondeempieza el otro.
Hombremujer. pronuncian grandes palabras.
Pero la muerte y el olvido son tan inmensos.
13.
Centro cultural rojas—30 años.
Padre apiádate de ellos, no saben lo que hacen.
Perdona a estos poetastros, no han leído a Hölderlin.
No les pidas lugar para el misterio,
ni morada en la palabra.
14.
Debemos ser implacables.
“...quema los textos—dijo artaud...”
“...sé que duele quemar...”
(Adrienne Rich)
Todo lo que aprendí de Nietzsche o de Freud es:
se debe trascender el propio destino.
Reescribir a Sófocles, rehacer los “shakespeareanos”
libretos de nuestra duda y tragedia.
Quemar esos libretos incluso.
Entender que somos tránsito, trama simbólica. continuidad.
De todas formas he venido a Delfos a consultar
el oráculo.
Por amor al misterio.
Revolución.
15.
Me pedías que me abriera.
Pero no soportabas lo que veías: la magnitud de mis abismos.
Entonces me amabas por un rato hasta que te concedías
el indulto. La obediencia debida. El punto final.
16.
…“abstente de ser pobre con los ricos…
…ya va a venir el día…”
(César Vallejo)
Operaciones de bolsa en el american way of life
por dialéctica de torres y aviones y poetas
en torres de marfil
que la fuerza de los oprimidos haga estallar
la patraña del mundo
por cotizaciones en wall street y perras a— vip
que todo tiemble
con el canto
del retorno
a las cavernas.
17.
“Como a los nazis les va a pasar
a donde vayan los iremos a buscar”
cantaban los chicos en la marcha
y era 24 de marzo
y se cumplían 30 años
y era 24 de marzo
y se cumplían 30 años
y el pueblo latía junto a tu dicha inaugural
y hoy lo sé
no habrá lugar en la tierra
donde estos bastardos puedan esconderse.
18.
Jamás un poema conquistó a una doncella.
No es esa la función del poeta, lamentablemente.
Vamos, sé implacable.
Somete tu cabeza desnuda a las tormentas de dios
hasta descalabrar tus sentidos con todas
las visiones y tal vez no retornar.
19.
¿Cuál es el momento en que un cuerpo libidinizado
se hace pretérito imperfecto? ¿Cómo se apaga el calor
de ese otro temblar hasta volverse un recuerdo vago,
impreciso, inlocalizable?
(¿Hay perdón?
¿Hay olvido?)
Los susurros fueron plegarias desvanecidas.
Ecos en la lluvia.
Señor dame botas y caminos mas no olvido.
Abandono pueblos bajo la llovizna.
Nunca la lluvia tuvo otro color.
UN SUSURRO EN LA MANSIÓN DEL SILENCIO
Guarecer un secreto,
guardarlo y resguardarlo
como un susurro
en la mansión del silencio.
Abrevar allí, donde resiste
lo no dicho.
Lo impronunciable.
Resguardar al equívoco
como posibilidad.
Ese espacio que interpela
cuando nos evade.
Está allí y no.
Es la pregunta.
Tal vez la poesía misma,
un resto de misterio.
Cuando lo que se retira
nos da un nombre.
Eso mismo que se va,
nos funda. Nos dice.
Al partir.
NÉCTAR
En los viñedos solos,
bajo la luna de los magos,
aprendimos el silencio.
Como néctar tu boca,
devastó la soledad
de mis comarcas.
A la tierra las heladas,
el invierno inhóspito,
hibernar
donde los milagros
llegan tarde.
Sombra de lo no acontecido.
Caminos de posadas,
sin señales de retorno
DIVISIÓN DE BIENES
Intentaré no hacer ruido
con mis zapatos,
cuando el sentido del mundo
se cierre sobre mí.
Dormida como el invierno,
estás viajando lejos.
¿Qué palabras voy a inventar
para llamarte?
¿Qué palabras voy a intentar?
Sobre nuestra extranjería,
el cosmos extiende su incertidumbre:
un movimiento de astros que colapsan.
Entre las cartas aún cerradas,
todo susurra amor y perdón.
Aún así, nada nos enseña
las distancias y el olvido.
¿Qué palabras voy a inventar
para llamarte entonces?
¿Qué palabras voy a intentar?
MONÓLOGO DE EURIDICE
Quisiera encantarme una vez más
en las melodías
de tu condenada lira,
pero todo lo que digo y hago
me excede,
está más allá,
no deja de no decirme,
no cesa de no escribirme
a cada instante,
nada hay que me circunscriba,
nada que me limite o delimite,
apenas algo de buen dolor,
perdición y magia de antaño.
¿Cómo sostendré entre mis brazos
las dimensiones
de esta sombra que soy
que fui
que fuimos
todo esto que aún tiembla
entre nosotros
convocando al mito y la leyenda?
TU DESAPARICIÓN
Las fotos viejas desdibujan el cuerpo de los ausentes.
Destructibles, expuestos, arriesgados, en el tono sepia
de una postal,
cuánta entidad perdemos al faltar en sus retinas.
TU IDIOMA
Vi las calles besadas
por tu olvido,
tejiendo lechos de hojas
para el otoño.
Juegan,
junto a los chicos
que fuimos,
entre los restos
de la estación.
Vuelvo a mi sombra,
donde no vuelvo.
*
A la hora en que el mundo
callaba su secreto
¿qué caía con tu nombre?
¿temblaba donde no estabas?
¿qué cantabas a veces
en qué idioma
siempre
tan lejano?
TU IDIOMA II
Jamás toqué tan linda
la maleta con tu espejo,
para dejar tu olvido
entre mis cosas,
solo por dejar seguir algo,
voy a destejer los trenes
de la aurora,
a morir en alguien más.
JAVIER GALARZA es un poeta argentino nacido en 1968 en Buenos Aires. Profesor asociado de la Fundación Centro Psicoanalítico Argentino. Publicó Pequeña guía para sobrevivir en las ciudades (2001), El silencio continente (2008) y Reversión (Belo Horizonte, 2010). Dirigió la Revista del Festival Poesía en la Escuela 2011, compiló la antología Infancias (2012) y publicó Refracción (2012). Dio cursos sobre Hölderlin y Rilke y es coautor de la obra Cuerpos Posibles, estrenada en Noruega. Coordina grupos de investigación literaria.
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